Las ganadoras del concurso de relatos de terror organizado por el departamento de Lengua Castellana han sido las alumnas Lola Ruiz y Marlyn Pérez de 3ºB y África Castro de 3ºA.
¡¡¡Enhorabuena!!!
Aquí os dejo sus textos:
EL CORAZÓN DE ELLA
En toda ciudad hay todo tipo de personas, unas que les gusta el invierno, otras el verano, unas la noche, otras el día y así con todo. A Emily le gustaba todo eso, pero había dos cosas que todavía no les acababa de gustar, la oscuridad y estar en sitios cerrados, es decir, ella era claustrofóbica. El mes pasado fue su cumpleaños, le dieron un montón de regalos sin embargo el que más le gustó fue un libro de sombras. Le gustaba por dos motivos, el primero porque le encantaba las figuras que podías hacer y el segundo porque quería poder quitarse su miedo a la oscuridad.
Pasaron los meses y Emily ya sabía hacer casi todas las figuras y por supuesto ya casi que no le tenía miedo a la oscuridad, pero había una figura que por muchas veces que lo intentara no le salía.
Una noche se metió en su cuarto apagó la luz y con una pequeña linterna se puso a hacer la sombra, lo hizo con tantas ganas y tantas fuerzas que parecía que se movía y efectivamente se movía de verdad .Se pellizcó dos veces pero veía que se seguía moviendo, entonces corrió y encendió la luz y se fueron todas las sombras. Como todos sabían las sombras no tienen ni sentimientos, ni emociones solo son imágenes oscuras que sobre una superficie cualquiera proyecta un cuerpo opaco, ella no entendía nada, pero parecía que la sombra buscaba algo. Se dio cuenta de que era solo con la sombra de su cuerpo no la de los objetos. Emily volvió a intentar la figura, pero esta vez la sombra traspasó la superficie intentando tocar el pecho de ella, lo que no sabía era que lo que en realidad quería quitar su corazón. Emily intentaba escapar pero lo que no sabía era que había sombras por todos lados, no podía escapar, entonces se detuvo. Su sombra empezó a traspasar la superficie pero esta vez toda la sombra con la forma de su cuerpo, y esta le dijo que o le daba su corazón o la mataba. Emily fue lista en ese momento y se dio cuenta de que, si moría la sombra, desaparecía, así que llegaron a un acuerdo en el que aprendieron a convivir juntas y a compartir sentimientos.
LOLA RUIZ 3ºB
EL PERIÓDICO
Todo comenzó hace tres meses, el 28 de octubre de 2003. Estaba en una fiesta del pueblo con mi mejor amigo. No recuerdo nada más de lo que ocurrió posteriormente ni cómo pasó.
Desperté cuando todavía dominaba la noche y hacía un frío inquietante, y con los ojos pegados aún, miré a mi alrededor y fue entonces cuando me di cuenta de que no estaba en mi hogar. Me encontraba en un bosque plagado de árboles interminables y de un ambiente extraño. Era un lugar desconocido, pero me invadía una sensación que nunca antes había experimentado.
Estaba totalmente confundida y aterrada, por el hecho de no saber el cómo, ni el porqué estaba en tal lugar. Me levanté del suelo, sacudí la tierra húmeda de la ropa y comencé a caminar. Se podían escuchar las ramas de los árboles crujir a la vez que el viento soplaba. Pasé, al menos, una hora caminando sin rumbo en aquella desconcertante zona. Estaba sin fuerzas, asustada. ¿Dónde estaba?, ¿y mi familia? De repente un ruido surgió desde la maleza. Me pareció ver la figura borrosa de un hombre a lo lejos, pero estaba demasiado agotada, sedienta y hambrienta para que yo siguiera en pie. Me desplomé en aquel suelo.
Lo siguiente que recuerdo fue a aquel hombre viejo que había visto llevándome en brazos, casi arrastrándome. Su rostro era peculiar, arrugado y anticuado. Estaba aterrorizada. Me llevó a una antigua y pequeña casa cercana. Al principio quería escapar, pero el hombre me ofreció comida y agua. Estaba destrozada, así que lo acepté. Le pregunté su nombre, pero jamás contestó. Dormí en un sillón de cuadros que estaba cubierto de polvo, para aliviar el extraño cansancio.
Desperté. Estaba de nuevo en mi hogar. Estaba tan feliz y confundida a la vez. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí? Todas esas preguntas sin respuestas me invadían, pero todo eso ya no importaba porque estaba en mi casa. Tal vez todo fue un sueño.
Pasó alrededor de una hora y volví a mi día a día. Hice el desayuno, me duché, salí a dar una vuelta para visitar a mi amiga y de vuelta compré el periódico del pueblo, el que siempre lleva dos días de retraso, al ser un pueblo tan perdido. Me senté en la silla del salón y abrí el periódico. Cuando vi aquel titular me quedé paralizada y sentí largos escalofríos: “Hallan el cuerpo de un hombre de identidad desconocida a las afueras del pueblo”. Una foto de él se encontraba pegada a la noticia. Era él. El hombre que me ayudó, el que apareció en aquel bosque. Llevaba dos días muerto.
África Castro Fernández. 3ºA
Era una tarde tranquila
con un cielo de color tequila
estaba junto a mi chica
mirando a la deriva.
Empezaron a sonar campanas ruidosas, y caían del cielo rosas,
cogí algunas y se las entregué a mi amada
que estas amaba.
Ella sonrió y me dio las gracias,
no sabía que esa palabra se convertiría en desgracias.
Fuimos a mi apartamento, más claramente a mi balcón,
el cual se encontraba en mi habitación.
íbamos a beber algo de vino que ella trajo,
pero resulta que ese sería mi último trago.
Me sirvió una copa, y yo le serví otra,
tan enamorados como el sabor de la primera gota.
Ella al verme beber sonrió
«¿te gustó el sabor de la sangre de tu otro amor?»
MARLYN PÉREZ 3ºB
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