La vida viene de la tierra, pero para ello hay que trabajarla. Ese es el aprendizaje que nuestros estudiantes están recibiendo por parte de Pablo, educador de la Asociación Educativa Barbiana. Un aprendizaje integral, que va ya por su segundo año y que sale del aula al huerto urbano del centro, pero que el lunes se desplazó algo más lejos, a los huertos urbanos del cordel de Écija, para ver in situ cómo personas de los barrios cultivan su propia comida. Personas y asociaciones, como el Centro Social Rey Heredia o la propia AEBarbiana. Las chicas que asistieron pudieron ver la variedad de plantas que había cultivadas, así como las diferentes formas en las que los huertos está organizados. Pablo nos contaba que la gente le dice que el suyo no está ordenado porque lo tiene acolchado para evitar que el calor entre a la tierra. Al lado, otro hortelano nos dio algunos plantones para que Verónica y Danna los plantaran y comprobasen que la tierra no mancha, sino que alegra y da vida. Una actividad en la que salimos del aula para comprobar que se aprende de la vida y que, como hace Pablo con su labor educativa, la vida no solo entra en el aula, sino que se siente y se come.
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